A pesar de ello a primera hora del lunes nos fuimos a estrenar nuestro flamante Japan Rail Pass, que viene a ser como una especie de ínter-rail o de tarifa plana para todos los trenes JR (compañía nacional japonesa).
Y debo decir que Renfe al lado de estos tíos parece una compañía ferroviaria de una república bananera, con todos mis debidos respetos a las repúblicas bananeras.
Para empezar, en menos de 30 segundos un tio en un mostrador te atiende y te da un billete para un tren bala que sale 20 minutos después.
Los trabajadores de los puestos de información parecen sacados de Saber y Ganar y lo mismo te dicen donde coger un metro, que estación es la mas cercana al Onsen que estoy buscando y en que año paso Edo a ser Tokyo por la gracia del emperador Meiji, a parte de reservarte el alojamiento en la misma estación a la que llegas en menos de 5 minutos.
El tren en si también está a años luz de los nuestros principalmente por la inmensa consideración que tienen con los viajeros al no proyectar bodrios de la talla de "Una rubia muy legal 2" o "Máximo Riesgo 3".
Así que en unas 4 horas nos plantamos en Hiroshima, que se encuentra a unos 800 km de Tokio en el sur de Japon.
Un remanso de paz al lado de la vorágine de Tokio, que es justo lo que nos pedía el cuerpo.
Visita obligada al Memorial Museum por las víctimas de la bomba atómica , paseo y cena por el centro.
Memorial Park.
La llama que no se apagará hasta que la ultima arma nuclear desaparezca.
8:15 AM, 6 de agosto de 1945
Hiroshima antes de...
Hiroshima después de...
Panorámica desoladora
El triciclo
Cenando Okonomiyaki
Bicis y flores
Encuentros en el callejón
Vending machine (las hay cada 15 metros en todo Japón)
Taxis (más que coches privados)
Yo en kimono
Yo haciendo el capullo con el móvil
Besos a todos.
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